El choque entre dos facciones del Ejército, con
marcados tintes étnicos, ha dejado más de 10.000 muertos y casi dos millones de
desplazados en un año | Naciones Unidas ha solicitado para 2015 unos
1.800 millones de dólares para ayudar a 4,1 millones de personas
"Antes ya estaba mal la cosa, pero es que ahora está
peor", reconoce a The Guardian el joven sursudanés David
Riing. La guerra civil que estalló hace un año en Sudán del Sur ha
aniquilado las esperanzas abiertas con la declaración de independencia de 2011
y ha dejado en un segundo plano las aspiraciones políticas de su presidente,
Salva Kiir, para construir un país sostenido en sus ricas reservas de petróleo.
La guerra entre dos facciones del Ejército, con marcados tintes étnicos, ha
dejado en doce meses y según las estimaciones más conservadoras, más de 10.000
muertos y 1,9 millones de desplazados.
Human Rights
Watch, citando fuentes del interior del país, se muestra tajante. "Se
están cometiendo salvajadas", indicó en un informe sobre el conflicto que
enfrenta a las fuerzas leales del presidente Kiir contra el exvicepresidente y
ahora líder rebelde Riek Machar o lo que es lo mismo: tribus Dinka contra Nuer,
trabajadores del campo que compiten por espacios de tierra para cultivar o para
la ganadería.
Solo en abril
cientos de personas fueron masacradas en Bentiu y más de 50 pacientes
hospitalizados fueron ejecutados a principios del pasado verano en Bor y
Malakal. A ello se suman 13 trabajadores humanitarios muertos, que formaban
parte de una misión de asistencia de Naciones Unidas (la UNMISS) que, a pesar
de los disparos a su alrededor, ha conseguido evitar una hambruna y un brote de
cólera, y enviado material de primera necesidad a 3,5 millones de personas. Sin
embargo, los fondos internacionales recibidos para ayuda humanitaria distan
mucho de cumplir con los objetivos impuestos por las organizaciones civiles.
600 Millones de
dólares antes de febrero de 2015
Naciones Unidas
ha solicitado para 2015 unos 1.800 millones de dólares para ayudar a 4,1
millones de personas, entre ellas 1,4 millones de desplazados internos. Sin
embargo, de esta cantidad total, la ONU pide a la comunidad internacional que
consiga 600 millones para febrero, el comienzo de la estación seca, porque la
temporada lluviosa hace absolutamente imposible la llegada de ayuda. "La
ausencia de carreteras dificulta el envío de ayuda", apunta la Oficina de
Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que recuerda como el año pasado
"las agencias se vieron obligadas a facilitar material a los desplazados
empleando la vía más costosa: la aérea". De hecho, Naciones Unidas espera
que parte de esta ayuda sea destinada al desarrollo de infraestructuras en
Sudán del Sur.
Esfuerzos
infructuosos
A pesar de
estas iniciativas, 2,5 millones de sursudaneses comenzarán 2015 con peligro de
hambruna, por no mencionar que la temporada seca que comienza en febrero irá
acompañada de un repunte de la violencia, dado que los bandos en conflicto y
las milicias que les acompañan podrán moverse con relativa libertad en sus
todoterreno.
Las
conversaciones de paz respaldadas por la Autoridad Intergubernamental de
Desarrollo (IGAD) -un bloque integrado por Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán,
Uganda, Yibuti, Eritrea y Sudán del Sur- se reiniciaron la semana pasada, sin
que se hayan registrado avances. Por ello, la embajadora de Estados Unidos ante
la ONU, Samantha Power, ha indicado que, en caso de que no se alcance un
acuerdo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas procederá a imponer
sancione a ambas partes. "La IGAD se ha sentado con ambas partes y ha
dejado muy claro que si esta ronda de conversaciones (...) no tiene éxito,
tanto la IGAD como el Consejo de Seguridad tendrán que avanzar con estas
sanciones", ha valorado.
En este
sentido, Power ha advertido de que "la paciencia de la comunidad
internacional con ambas partes es cada vez menor". "Tienen que
inyectar un nuevo sentido de urgencia en el proceso de paz para lograr un
acuerdo de paz lo antes posible", ha apelado. Además, Power ha revelado
que la oposición armada está manteniendo esta semana una conferencia consultiva
sobre el proceso de paz en la región de Pagak, en el estado de Nilo Superior.
"Cuando concluya esta reunión, esperamos sinceramente que los representantes
de ambas partes en las conversaciones auspiciadas por la IGAD regresen a la
mesa de negociación con un mayor sentido de la responsabilidad y más
disposición al compromiso que lleve las conversaciones a una conclusión rápida
y exitosa", ha añadido.
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